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El domingo recién pasado, un bebé de 18 meses de edad, murió por dicha causa cuando se encontraba en su vivienda, según reportaron los medios de comunicación.
Ese mismo día, también se informó de la muerte violenta de tres niñas de 15, 12 y 1 año de edad, en una aldea del departamento de Escuintla.
“Es necesario y urgente trabajar cada día para restablecer el respeto a la vida; todos deben unirse para hacer frente a esta violencia. No es posible permanecer de espectadores, mientras más vidas de guatemaltecos se siguen truncando a consecuencia de la violencia”, expresó Adriano González-Regueral, representante de Unicef en Guatemala.
En 2009 un aproximado de 526 niños, niñas y adolescentes murieron víctimas de la violencia. Hasta el 24 de octubre de este año, superaba los 420.  Estas cifras son sólo la punta del iceberg, ya que por su misma naturaleza, la violencia suele acompañarse de silencio y temor.
Datos de Naciones Unidas apuntan a que más del 90 por ciento de casos de delitos cometidos contra este sector de la población, no son resueltos por el sistema de justicia. En esa línea, Unicef insta al Congreso de la República a aprobar el paquete de leyes en materia de seguridad y justicia solicitadas por la Comisión Internacional contra la Impunidad (Cicig).
“Se están haciendo esfuerzos a todo nivel, pero no son suficientes, por ello le toca a todos los guatemaltecos romper el círculo de la violencia con acciones concretas, que devuelvan la confianza, la dignidad y la paz”, indicó González-Regueral.